La primavera es una de las mejores épocas para salir a pasear con tu perro, pero también lo es para la procesionaria del pino, una oruga que puede poner en peligro la salud de tu peludito.
Este insecto, que desciende de los pinos en fila india, parece inofensivo… pero sus pelos urticantes pueden provocar desde irritaciones hasta reacciones alérgicas si tu perro la huele, lame o muerde.
En este artículo te contamos qué es la procesionaria del pino, por qué es peligrosa para los perros y qué hacer si ha estado en contacto con una.
¿Qué es la oruga procesionaria del pino?
La oruga procesionaria del pino (Thaumetopea pityocampa) es la fase larvaria de una mariposa nocturna que suele aparecer en los meses de primavera, aunque en algunas zonas puede hacerlo desde febrero. Recibe su nombre por la curiosa forma en que se desplaza en fila, una detrás de otra, formando una “procesión”.
Estas orugas se alimentan de los pinos y otras coníferas, donde construyen unos característicos nidos blancos en forma de bolsa en las copas de los árboles. Cuando bajan al suelo para enterrarse y completar su ciclo vital, es cuando suponen un verdadero peligro para nuestros perros.
El problema está en sus pelos urticantes, que liberan una toxina muy irritante. Aunque parezcan inofensivas, el simple contacto con estos pelos puede provocar reacciones alérgicas graves tanto en personas como en animales. Y los perros, por su forma de explorar el entorno, son especialmente vulnerables: pueden lamerlas, olerlas o incluso morderlas sin darse cuenta del riesgo que corren.

¿Por qué es tan peligrosa la oruga procesionaria para los perros?
La oruga procesionaria es un riesgo para la salud de tu perro, el peligro está en sus pelos urticantes, que contienen una toxina llamada thaumatopina. Estos pelos se desprenden fácilmente y pueden flotar en el aire, quedarse en la vegetación o quedar en el suelo tras el paso de las orugas.
Cuando un perro entra en contacto con estos pelos, ya sea al olfatearlas, pisarlas, lamerlas o simplemente por exposición ambiental, puede sufrir reacciones alérgicas graves e incluso daños irreversibles en zonas sensibles como la lengua o el hocico.
Los efectos más comunes en perros incluyen:
- Inflamación en la lengua y boca, que puede llegar a la necrosis si no se actúa con rapidez.
- Hipersalivación, vómitos o dificultad para respirar.
- Úlceras o ampollas en la piel si el contacto ha sido con las patas o el cuerpo.
- En casos graves, shock anafiláctico o incluso la muerte, si no se recibe atención veterinaria urgente.
Por eso es tan importante actuar rápido ante la sospecha de contacto y, sobre todo, tomar medidas para evitar la exposición durante los meses de mayor riesgo.
¿Cuándo y dónde aparece la oruga procesionaria?
La procesionaria del pino aparece entre los meses de febrero y abril, aunque en zonas más cálidas, como Canarias o el sur peninsular, puede adelantarse desde enero. El momento más peligroso es cuando bajan al suelo formando largas hileras. Es entonces cuando los perros, curiosos por naturaleza, pueden olisquearlas o tocarlas con la lengua o el hocico.
Suelen encontrarse en parques, jardines, pinares y zonas forestales. Aunque también puede encontrarse en cedros y abetos. Si ves árboles con bolsas blancas en las ramas o señales de suelo removido junto a troncos, es mejor alejarse.
En Canarias, los veterinarios ya han advertido del aumento de casos de contacto con esta oruga, especialmente en zonas con pinares urbanos o parques públicos. Según el Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Tenerife, el riesgo crece cada año debido al clima suave y la expansión de los nidos.
¿Cómo saber si tu perro ha estado en contacto con la procesionaria?
Cuando un perro entra en contacto con una oruga procesionaria, los síntomas suelen aparecer de forma muy rápida, entre las señales más comunes están:
- Inflamación intensa del hocico, lengua o cara.
- Salivación excesiva y repentina.
- Lengua de color amoratado o con aspecto “quemado”.
- Fiebre, decaimiento o nerviosismo.
- Dificultad para cerrar la boca o tragar.
- Vómitos o falta de coordinación.
El contacto directo con los pelos urticantes de la oruga puede provocar necrosis en la lengua y en otras partes del cuerpo, y en casos graves, incluso un shock anafiláctico. Por eso, si observas cualquiera de estos síntomas después de un paseo, te recomendamos acudir de inmediato al veterinario.
¿Qué hacer si tu perro entra en contacto con la procesionaria?
Ante la sospecha de contacto con la oruga procesionaria, lo más importante es actuar rápido. Esta reacción puede marcar la diferencia y evitar consecuencias graves para tu perro.
Esto es lo que puedes hacer mientras llegas al veterinario:
- Evita que se lama. Los pelos urticantes pueden extenderse a otras zonas de su cuerpo o provocar lesiones más graves en la lengua y boca.
- No frotes ni toques la zona afectada. El roce puede empeorar la irritación o provocar que los pelos penetren más en la piel.
- Lava la zona solo si te lo indica el veterinario. A veces se recomienda enjuagar con agua tibia sin frotar, pero lo ideal es llamar antes a tu centro veterinario.
- Acude de inmediato al veterinario más cercano. No esperes a ver si mejora: los efectos pueden ser progresivos y muy agresivos.
Importante: No apliques cremas, pomadas ni ningún medicamento por tu cuenta. El tratamiento debe estar siempre pautado por un profesional.
En los veterinarios Koala Mascotas, estamos preparados para actuar ante este tipo de emergencias y ayudarte a cuidar de tu peludito en cualquier situación.
Cómo prevenir el contacto con la oruga procesionaria
La mejor forma de proteger a tu perro es tratar de evitar el contacto tomando algunas precauciones durante los paseos para reducir el riesgo:
- Evita las zonas de pinares entre febrero y abril. Es cuando las orugas bajan de los árboles y forman largas filas en el suelo.
- Lleva siempre a tu perro con correa. Así puedes controlar por dónde camina y evitar que se acerque a montículos sospechosos o restos en el suelo.
- Observa el entorno. Si ves bolsas en los pinos (como nidos blancos) o hileras de orugas en el suelo, cambia de ruta.
- Educa a tu perro para que no huela ni lama todo. Esto es útil no solo con la procesionaria, sino con cualquier sustancia peligrosa que pueda encontrar.
- Consulta con tu veterinario si vives en una zona de riesgo. En algunos casos, puede recomendarte productos de barrera o reforzar su sistema inmunológico.
Y recuerda: no intentes eliminar los nidos tú mismo. Los pelos urticantes pueden desprenderse al tocarlos y quedar en el ambiente. Siempre debe hacerlo personal especializado.
Ahora que conoces todo sobre la oruga procesionaria
Sabemos que no siempre es posible evitar los riesgos, puedes pasear con correa, revisar el entorno… y aun así, un despiste puede pasar. Por eso, lo más importante es saber identificar los síntomas a tiempo y actuar con rapidez si tu perro entra en contacto con una oruga procesionaria.
En Koala Mascotas creemos que informar es prevenir. Y si necesitas ayuda, nuestros centros veterinarios están a tu disposición para atender cualquier urgencia y resolver dudas. En nuestras tiendas de animales y tienda online encontrarás todo lo necesario para tus mascotas.
Comentarios (0)